🎖️La Fórmula Hackman: el camino oculto hacia la autonomía real
5 preguntas clave para diagnosticar la madurez real de tu equipo.
Hola 👋 bienvenido a la Newsletter de 🎖️ Team Hackers
Soy Felipe Polo y escribo esta newsletter para ayudar a fundadores y operadores de compañías a que sus equipos funcionen sin ellos.
Cada semana comparto ideas que generan autonomía y equipos más fuertes.
Hoy hablamos de una palabra que suena bonita en los All Hands… pero que muchas veces es humo: autonomía.
Porque decir “mi equipo es autónomo” no significa que puedas desaparecer del Slack sin que todo se detenga.
Significa que pueden crear una estrategia, decidir, priorizar, gestionar problemas, resolver errores, entregar valor a los clientes y mejorar… sin ti.
Pero, ¿cómo saber si tu equipo realmente es autónomo?
Qué te llevarás hoy
❓Las 5 preguntas para saber si tu equipo es autónomo o si simplemente va a su bola
♾️ El modelo de Hackman para escalar autonomía paso a paso.
➕ Un test rápido para saber en qué nivel estás y qué viene después.
¡Vamos al lío!
¿Tu equipo es autónomo o simplemente va a su bola?
A muchos líderes les encanta decir que su equipo es “autónomo”. Que ya no necesitan estar encima. Que confían. Pero cuando rascas un poco, lo que encuentras no es autonomía real: es descontrol elegante.
Equipos que hacen lo que quieren, sin una estrategia clara, sin accountability y sin resultados concretos. O peor, equipos que no se mueven hasta que alguien les diga exactamente qué hacer, disfrazado de “esperamos feedback”.
Entonces, ¿cómo saber si tu equipo es verdaderamente autónomo o si simplemente va a su bola?
Aquí van algunas preguntas duras pero necesarias:
1. ¿Pueden tomar decisiones sin ti?
No decisiones operativas simples. Decisiones que afecten al roadmap, a los presupuestos o a los tiempos de entrega. Si cada decisión importante pasa por ti, no hay autonomía. Hay dependencia cordial.
2. ¿Se hacen responsables del resultado, no solo de la tarea?
Un equipo autónomo entiende el impacto de su trabajo. No entrega "lo que le tocaba", sino lo que mueve la aguja. Su brújula no son sus tareas asignadas en Asana. Cuestionan, retan, miden, deciden.
3. ¿Saben priorizar frente a la ambigüedad?
Cuando las instrucciones no son claras, un equipo autónomo no se paraliza. Habla, decide, actúa y después afina. Un equipo que depende de claridad total para moverse no está listo todavía para el upgrade.
4. ¿Piden permiso o informan con criterio?
Los equipos que aún necesitan validar cada cambio están operando en modo "niño con supervisión". Los equipos maduros informan, negocian límites y avanzan.
5. ¿Tienen sistemas propios para autoevaluarse y mejorar?
Si todo feedback viene de arriba, no hay aprendizaje autónomo. La mejora continua no se impone, se construye desde dentro.
La autonomía real no se mide por la cantidad de reuniones que cancelaste, ni por lo “relajado” que aparentas estar. Se mide por la capacidad de tu equipo para avanzar, decidir, entregar valor… y hacerlo sin preguntarte todo.
Autonomía no es ausencia de control. Es presencia de responsabilidad. Y esa diferencia, aunque sutil, cambia todo.
Los 4 Niveles de Autonomía (según Hackman): La Escalera de la Libertad Productiva
J. Richard Hackman fue un psicólogo organizacional de Harvard y uno de los pioneros en investigación sobre equipos de alto rendimiento. No era un teórico del PowerPoint.
Su trabajo con equipos en empresas, la NASA e incluso orquestas sinfónicas, lo llevó a identificar los factores reales que hacen que un equipo funcione... o se hunda.
En su modelo, Hackman define cuatro niveles de autonomía que describen cómo evoluciona un equipo desde ser completamente dirigido, hasta ser totalmente autogobernado. Si lideras un equipo, esta es una de esas ideas que necesitas tatuarte: no solo porque te ayuda a diagnosticar dónde estás, sino porque te da una hoja de ruta clara de hacia dónde puedes ir.
Cada nivel requiere soltar más el control desde arriba y fortalecer la madurez interna del equipo. A continuación te explico cada uno en detalle, con ejemplos concretos y señales para que sepas reconocerlos en tu empresa.
Aquí va el desglose definitivo de los 4 niveles, con ejemplos, errores comunes y qué señales mirar para saber en qué punto estás:
Nivel 1 – Tareas (Equipos dirigidos por el manager)
El equipo ejecuta, pero depende del líder para todo. Son operativos, no estratégicos. Tú marcas el qué, el cómo y a veces hasta el cuándo. Hay coordinación, sí, pero cero autonomía real.
Síntoma típico: si tú no estás, nadie sabe qué hacer. Te preguntan cada paso.
Riesgo: te conviertes en el cuello de botella. El equipo no crece, y tú te quemas.
Qué hacer: empieza por delegar el cómo. Haz que ellos definan el plan de acción, y tú solo validas el resultado esperado (el qué).
Ejemplo: En muchas empresas early-stage, el equipo aún funciona como una "extensión del fundador", sin criterio propio.
Nivel 2 – Procesos (Equipos autogestionados)
El equipo tiene control sobre cómo trabaja. Organizan sus propios flujos, definen su metodología, gestionan su día a día. Tú marcas qué se debe lograr, pero ellos deciden cómo hacerlo.
Señal positiva: te informan de lo que hacen, no te piden permiso para cada paso.
Error común: no establecer límites claros. La autonomía sin dirección se convierte en desorden.
Ejemplo: Spotify y sus "squads". Cada equipo define su forma de trabajo, pero alineado a una visión de producto común.
Qué hacer: asegúrate de definir objetivos claros y prioridades. Empieza a exigir resultados, no solo cumplimiento de tareas.
Nivel 3 – Estructura (Equipos autodiseñados)
El equipo no solo gestiona sus procesos, también su estructura. Pueden reorganizar roles, incorporar nuevos miembros, o adquirir nuevas capacidades si detectan que algo falta para cumplir su misión.
Síntoma de madurez: incorporan o rotan talento sin esperar tu aprobación. Detectan huecos y los cubren.
Ejemplo: Buurtzorg, una red de enfermeras en Holanda, eliminó los managers. Cada célula organiza sus turnos, decisiones clínicas y formación.
Advertencia: sin una cultura fuerte y un marco de valores, este nivel puede generar islas que no colaboran entre sí.
Qué hacer: empuja a que el equipo evolucione hacia equipos de capacidades completas. No más “el equipo de base de datos” o “el de diseño”, sino unidades que entregan valor al cliente de principio a fin.
Nivel 4 – Objetivos (Equipos autogobernados)
El equipo decide incluso qué hacer. No solo cómo, ni con quién, sino hacia dónde va. Pueden redefinir productos, cambiar prioridades o parar líneas de trabajo si lo consideran necesario.
Síntoma: tú eres un sparring, no un filtro. Ellos piensan en el cliente, el mercado y el negocio.
Ejemplo: Valve, la empresa de videojuegos, opera sin managers. Cada persona elige a qué proyecto sumarse y cuándo cambiar.
Riesgo: sin una estrategia común o límites de presupuesto, pueden dispersarse.
Qué hacer: tú defines visión, presupuesto y valores. Ellos hacen el resto. Este es el nivel más exigente... pero también el más potente.
Un test rápido tipo checklist (mini diagnóstico práctico)
Esto baja el concepto de “autonomía” al terreno práctico.
En conclusión, la autonomía no es un nice to have. Es el único camino si quieres que tu empresa escale sin que tú te conviertas en el cuello de botella.
Pero lograrla no es magia, ni se trata de “soltar”. Se trata de liderar para que otros lideren.
Y eso implica estructura, contexto, confianza y responsabilidad.
Piensa en los 4 niveles de Hackman como una escalera:
Cada peldaño requiere soltar un poco más y fortalecer al equipo desde dentro.
No se sube de golpe, pero cada paso te acerca a ese momento mágico donde todo sigue funcionando... aunque tú no estés.
📌 Lo que puedes hacer esta semana:
Revisa el estado de tu equipo con las 5 preguntas clave.
Haz el test rápido y ubica tu nivel actual.
Elige una acción concreta para moverte al siguiente nivel (puede ser delegar una decisión, redefinir roles o dejar que el equipo diseñe su propio proceso).
Recuerda: si luchas cada semana porque tu equipo dependa un 1% menos de ti, ¿dónde estará tu empresa dentro de un año?
Si te ha gustado esta edición, compártela con alguien que esté tratando de soltar, pero sin soltar del todo 😉 Y si quieres más ideas prácticas como esta, suscríbete o simplemente vuelve la próxima semana.
¡Nos leemos pronto!
Más contenido de interés
✍️ Status as a Service
Los seres humanos somos monos en búsqueda de un lugar, una posición. Todo el mundo busca el camino más eficiente para maximizar su capital social. Un artículo increíble que desarrolla el funcionamiento de una red social y sus ROI.
📲 Apúntate a los Masterminds de Escalando Agencias
Si te interesa ser parte de un grupo de trabajo con otros emprendedores de tu sector que te ayude a generar ideas y te empuje a ser mejor, puedes registrar aquí tu interés.
✍️ The Agony and Ecstasy of Building with Data
Gestionar tu empresa con datos mola. Gestionarla con los datos equivocados mola menos. Este artículo explora algunos de los errores y planteamientos equivocados más comunes.
Dónde más me puedes encontrar
En Linkedin escribo sobre liderazgo y gestión de equipos autónomos.
En Playbooks nos sentamos mensualmente con referentes empresariales que nos descubren sus estrategias paso a paso para que las puedas replicar en tu equipo.
En Escalando Agencias nos sentamos con fundadores de consultoras y agencias del sector digital para destripar cómo gestionan su crecimiento.
Y con este tema me despido, deseándote un buen fin de semana de Semana Santa.
📘 De operador a diseñador de equipos autónomos
He creado para ti el minicurso “De Operador a Diseñador de equipos autónomos”, en el que explico por qué los equipos dependen demasiado de sus líderes (y cómo hacer que el tuyo funcione sin ti).
La horizontalidad.
¿Es una quimera?
Requiere de una empatía brutal. En todos los sentidos.
Muy dura de trabajar, pero que si es real, se le empiezan a ver visos de autonomía real con todo lo que conlleva.
Me suenan los casos que comentas de algún libro que leí. El de las enfermeras sobre todo.
Gracias
¡Muy bueno! Salgo con deberes de leer esto 😅